7 errores que te impiden bajar peso.
Puede que lleves tiempo intentando perder peso y te estés preguntando
porqué no lo consigues o porqué ese michelín abdominal es imposible de
eliminar. Cuando esto ocurre muchas veces buscamos la opción fácil y
pensamos que “debe ser que no he encontrado el suplemento adecuado que
me ayude a perder grasa” o “será que como mucha fruta que tiene azúcar”.
Pero antes de volverte loco y empezar a culpar hasta al apuntador
revisar estos aspectos:
Consumes alcohol el fin de semana
Las bebidas alcohólicas, a parte de no ser nada recomendables para tu
salud, añaden calorías extra que no te aportan ningún nutriente
interesante. Si quieres bajar tu peso y tu porcentaje de grasa estas
calorías extras de forma líquida, y por tanto poco saciantes, no te van a
ayudar. Cuánto menos alcohol mejor.
La solución: apunta
realmente el alcohol que consumes, no sólo entre semana, sino también si
sales el fin de semana. Cambia las bebidas alcohólicas más fuertes por
vino o cerveza y proponte hacer una reducción a la mitad, al menos si al
inicio te parece demasiado eliminarlo totalmente. Aunque, si quieres
acabar de convencerte te recomiendo dejarlo totalmente por 2 semanas y
ver tu evolución. Ver los efectos que tiene dejar el alcohol es
suficiente para motivarte a dejar de consumirlo.
Comes muy deprisa
Comer demasiado deprisa puede hacer que tu cerebro no reciba a tiempo
las señales de las hormonas de saciedad que tu estómago está enviando,
por lo que acabas comiendo más de la cuenta. Comer despacio puede reducir tu ingesta energética y hacerte sentir más saciado al terminar. Además comer despacio influye en el número de veces que masticamos. Al masticar aumentamos nuestro nivel de saciedad y por tanto reducimos las calorías que ingerimos.
La solución: si estás
habituado a comer deprisa deberás prestar atención a tu forma de comer
por un tiempo hasta que comer más lento se vuelva algo automático para
ti. Algunos trucos son dejar el tenedor en la mesa entre bocado y bocado
para no ir a coger comida cuando aún estás masticando el anterior
bocado. Otras personas consiguen comer más lento utilizando palillos.
Si, ¡suena a locura! Pero funciona ya que muchos no tenemos tanta
habilidad comiendo con palillos que con tenedor y nos hace reducir la
velocidad de manera inconsciente.
Por último, revisa que tu comida no sea demasiado líquida. Puede que en
lugar de una crema necesites tomar una ensalada o unas verduras
salteadas o en lugar del zumo, al que le has quitado toda la fibra y no
te llena, debas tomarte una pieza de fruta.
Atracón del fin de semana
Te portas como un angelito durante toda la semana, pero llega el fin de semana y das rienda suelta a todos tus deseos. Según un estudio publicado en 2003 en el Obesity Society, los
adultos americanos consumen 115 kcal/día más los fines de semana, sobre
todo a través de grasa y alcohol. Pero el problema, sobre todo, es de
aquellos que sobrepasan la media de manera abismal, los que pasan del
blanco al negro el fin de semana. ¿Te sientes identificado? No te
preocupes porqué hay solución.
La solución: esto
ocurre normalmente porqué estamos siendo demasiado estrictos durante la
semana. Y la comida nos aburre tanto de lunes a viernes que a partir
del viernes noche damos el tiro de salida hacia la comida basura. Una
solución puede ser hacer más atractivos tus platos de la semana. La
dieta saludable es mucho más que comer ensalada y pollo a la plancha.
Puedes coger ideas en mi Instagram o en el blog de Truco o Plato. Si aún así te cuesta contener los atracones el fin de semana, aquí te explico cómo puedes evitarlos.
No revisas los etiquetados
Puede que te fíes de lo que te ponen en letra grande en los productos
que te venden en el supermercado, pero te aconsejo que empieces a mirar
la letra pequeña. Por mucho que te vendan algo como light o como 0%
grasas o 0% azúcares, debes saber lo que te estás vendiendo. Un postre
0% grasas seguramente este lleno de azúcares y un alimento light puede
darnos la impresión de ser poco calórico por lo que en ocasiones comemos
más de lo que realmente deberíamos.
La solución: evita al
máximo los productos procesados y empieza a comer comida que no lleve
envoltorios. Las frutas, las verduras, carnes o pescados frescos o las
legumbres no suelen traer muchos problemas. Y cuando comas envasados aprende a leer y saber lo que realmente te están vendiendo.
No comes suficiente verdura
Puede que comas a tu ritmo y puede que incluso sepas identificar tus
señales de hambre y saciedad, pero si no comes la suficiente verdura
estarás consumiendo muy posiblemente más calorías de las que necesitas.
Si quieres bajar de peso (o simplemente comer sano) tu dieta debe
aportar alimentos de baja densidad energética y alta densidad
nutricional. Eso quiere decir alimentos que te aporten
volumen y nutrientes de calidad y no muchas calorías. ¿Hay algo mejor
que las verduras u hortalizas para ello?
La solución: come
verduras y hortalizas de temporada e inclúyelas en todas tus comidas y
cenas como plato principal. La recomendación es que las verduras y
hostalizas deberían ocupar más o menos la mitad de lo que te estás
comiendo. Aprende platos nuevos a base de verduras y descubrirás un
mundo delicioso más allá de las judías verdes con patatas y el brócoli
al vapor.
Ese consumo ocasional no es tan ocasional
“De vez en cuando me tomo una cerveza”, “de vez en cuando como algún
croissant”, “de vez en cuando cómo alguna pizza”. Si vamos sumando estos
“de vez en cuando”, no es que a veces hagas alguna transgresión, sino
que a diario hay algo en tu dieta que no te ayuda a llegar a tu
objetivo. En ocasiones es complicado darse cuenta porque nuestro cerebro
es especialista en omitir ciertas cosas sin importancia para no
saturarse y seguramente ya no recuerdes que comiste el miércoles pasado.
La solución: registra
durante una semana todo lo que comes y revísalo al terminar la semana
para detectar las pautas que debes cambiar. Simplemente apuntar lo que
comemos en ocasiones modifica nuestra alimentación y nos hace ser más
conscientes de lo realmente estamos consumiendo por lo que acabamos
comiendo mejor.
Estás estresado o no duermes suficiente
El estrés crónico, los problemas de sueño y las pocas horas que pasamos
de descanso hacen que nuestras hormonas se pongan en alerta. La
elevación del cortisol, la hormona del estrés o el aumento de las
sensaciones de hambre (por la disminución de la leptina) pueden
llevarnos entre otros motivos a coger peso o a impedir que podamos
perderlo. Además, tanto el estrés como el no dormir de manera adecuada
pueden ser un peligro no sólo para el peso sino para la salud en general.
La solución: busca
métodos para reducir o gestionar el estrés cómo pueden ser técnicas de
relajación, de yoga o de gestión del tiempo. En cuanto a las horas de
sueño, márcate unos horarios para ir a dormir y disminuye la activación
reduciendo la luz en casa y la exposición a pantallas como la televisión
o el móvil una hora antes de ir a dormir
Comentarios
Publicar un comentario