Bebidas energéticas: ¿sí o no?
Bebidas energéticas: ¿sí o no?
La
industria de la alimentación no deja de atraer la atención del
consumidor lanzando nuevos y sorprendentes productos cada día. Y lo
cierto es que la mayoría nos dejamos arrastrar por la moda del momento y
no nos paramos a pensar en que riesgos pueden suponer para nuestra
salud. Un producto en auge en los últimos años (y que no es comida ni
bebida para mí, al menos de la buena) son las bebidas energéticas. Sobre
ellas se ha publicado una revisión en Frontiers in Public Health
en la que se pone el acento en los riesgos y efectos adversos que su
consumo puede tener sobre nuestra salud. Vamos a repasar qué es lo que
dice al respecto.
Algunas cifras
Pese a que aparecieron por primera vez en
Europa en 1987, su consumo se ha disparado en los últimos cuatro años y
se estima que sus ventas han aumentado un 60%. De hecho, la European Food Safety Authority (EFSA)
ya publicaba el año pasado algunas cifras sobre el consumo de este tipo
de productos obtenidos que invitaban a la reflexión: los consumidores
más habituales son los adolescentes (siendo común entre el 68% de
ellos), y, de estos, el 12% consumía hasta 7 litros cada mes. Pero lo
que más me llamó la atención es que el 18% de los niños de 3-10 años
eran consumidores de bebidas energéticas. Mi consejo es que mantengáis a
los niños alejados de este tipo de bebidas.
¿A qué nos exponemos tomándolas?
Lo cierto es que hay pocos estudios sobre
los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas. Para empezar,
éstas no tienen una definición estándar, pero suelen ser definidas como
“bebidas no alcohólicas que contienen cafeína (como ingrediente
principal) y otros productos como taurina, vitaminas, guaraná, ginseg,
etc”. Sus principales riesgos tienen que ver con la cafeína, que es también la causante de las declaraciones beneficiosas que dicen tener estos productos. La EFSA afirma
que 75mg de esta sustancia mejora procesos cognitivos relacionados con
un aumento de la atención, memoria o aprendizaje pero no es bueno
superar los 300mg diarios de cafeína ya que sino podemos padecer síntomas
como palpitaciones, nerviosismo, insomnio, nauseas, etc. Además, el
consumo excesivo de esta sustancia también podría estar asociado a mayor
riesgo de hipertensión y diabetes. Si vas al supermercado y miras las
etiquetas verás que este tipo de productos puede tener 113-160mg por
lata así que puedes ver que deberías consumir unas 2-3 latas para
superar esta dosis. Eso teniendo en cuenta que no tomas ningún otro
producto con cafeína como el café o el té.
Para mi, uno de los principales riesgos de este tipo de bebidas y es su alto contenido en azúcares.
Una única lata de estos productos puede tener aproximanadamente unos 50
gramos de azúcar; más o menos unas 12 cucharaditas de café. Es decir,
sólo con una unidad de este producto estás consumiendo más del doble de
azúcar diario que recomienda la OMS (más o menos 5% de la energía total diaria, lo que vendrían a ser unos 25g) y esto, por tanto, favorece de manera notable la obesid
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